El Lancashire Hotpot es un plato tradicional del noroeste de Inglaterra, concretamente de la región de Lancashire. Su nombre evoca imágenes de fogatas crepitantes, campos verdes y una comida reconfortante perfecta para un día frío.
A simple vista, el Lancashire Hotpot puede parecer un estofado cualquiera, pero hay algo mágico en su sencillez. Se trata de capas de cordero tierno, patatas cortadas gruesas y cebollas doradas, todo cocinado lentamente en una salsa espesa y sabrosa. No esperes condimentos extravagantes o especias exóticas.
La belleza del Lancashire Hotpot reside en la armonía de sus sabores terrosos. El cordero, cocinado a fuego lento hasta que se deshace en la boca, aporta un sabor profundo y umami. Las patatas absorben los jugos de la carne y la salsa, transformándose en una especie de puré cremoso dentro del plato. Las cebollas aportan dulzura y textura, contrastando con la terneza del cordero y la suavidad de las patatas.
Historia y Origen
El Lancashire Hotpot tiene sus raíces en la época victoriana, cuando se utilizaba como una comida económica y nutritiva para los trabajadores de las minas de carbón y los agricultores de la región.
Se cree que su nombre proviene del método tradicional de cocción: el hotpot, una olla de hierro fundido con tapa, era colocada directamente sobre el fuego de leña o las brasas. Esta cocción lenta y a baja temperatura permitía que los ingredientes se cocinaran uniformemente y desarrollaran sus sabores al máximo.
Ingredientes Esenciales
La receta del Lancashire Hotpot es sorprendentemente sencilla, requiriendo ingredientes básicos que se encuentran fácilmente en la mayoría de los supermercados:
- Cordero: Se utiliza generalmente cordero deshuesado o paletilla de cordero cortado en trozos. El cordero más joven y tierno produce un resultado más suave y sabroso.
- Patatas: Las patatas deben ser variedades firmes como Maris Piper o King Edward, que aguantan bien la cocción lenta sin desintegrarse. Se cortan en rodajas gruesas para crear una capa uniforme sobre el cordero.
- Cebolla: La cebolla aporta dulzura y textura al plato. Se dora ligeramente antes de añadirla al hotpot para intensificar su sabor.
- Caldo de carne: El caldo de carne sirve como base de la salsa, aportando sabor umami y ayudando a que la carne se cocine de forma uniforme. Puedes utilizar caldo casero o de buena calidad del supermercado.
Preparación paso a paso:
-
Dorar las cebollas: Corta las cebollas en rodajas finas y dóralas en una sartén con un poco de aceite hasta que estén blandas y transparentes.
-
Preparar el cordero: Sazona el cordero con sal y pimienta negra molida.
-
Montar el hotpot: En un recipiente apto para horno (idealmente de hierro fundido), coloca una capa de cebollas doradas en la base. Luego, añade una capa de cordero sobre las cebollas. Coloca otra capa de cebollas doradas encima del cordero. Repite este proceso hasta que hayas utilizado todo el cordero y las cebollas.
-
Añadir el caldo: Vierte suficiente caldo de carne para cubrir aproximadamente dos tercios de la carne. No añadas demasiado líquido, ya que quieres una salsa espesa y concentrada.
-
Cocinar a fuego lento: Cubre el hotpot con una tapa hermética y cocina en el horno precalentado a 150°C durante 2-3 horas, o hasta que la carne esté tierna y se deshaga fácilmente con un tenedor.
-
Añadir las patatas: Después de 2 horas de cocción, coloca las rodajas de patata sobre la superficie del hotpot.
-
Cocinar final: Vuelve a tapar el hotpot y cocina durante otros 30-45 minutos, o hasta que las patatas estén tiernas.
Consejos para un Lancashire Hotpot perfecto:
-
Para una salsa más espesa, puedes mezclar una cucharada de harina de trigo con un poco de agua fría antes de añadirla al caldo.
-
Si no tienes caldo de carne casero, puedes utilizar caldo de verduras y añadir un cubo de caldo de carne concentrado para intensificar el sabor.
-
No tengas miedo de probar diferentes hierbas aromáticas, como tomillo o romero, para agregar complejidad a la salsa.
Servir y Disfrutar:
Tradicionalmente, el Lancashire Hotpot se sirve en el recipiente donde se ha cocinado. Esto permite que los jugos de la carne y las verduras se mantengan calientes y saborosos.
Acompáñalo con pan crujiente para mojar la deliciosa salsa, o una ensalada verde fresca para equilibrar la riqueza del plato. ¡Disfruta de este verdadero clásico británico!